Es mi primer escrito del 2021, para mis lectores de El Expediente mis mejores deseos en este año que avanza; que tengamos salud, tranquilidad, prosperidad y mucha felicidad.
Como he mencionado en mis escritos anteriores se viene desarrollando un proceso paulatino de recuperación económica en el país, en parte gracias a las medidas y estrategias adoptadas por el gobierno nacional para garantizar recursos a todos los sectores que permitieran revertir los resultados tan negativos del segundo trimestre del año 2020, como consecuencia que ha tenido la pandemia en toda la actividad económica nacional y mundial. Por supuesto, gracias igualmente a la tenacidad de muchos colombianos que siguen apostándole, con empeño y decisión, a sacar adelante sus empresas.
Es importante recordar que en el primer trimestre del año se obtuvo un crecimiento del P I B del 1.1% y que lastimosamente, como efecto directo de la pandemia en la economía del país, para el segundo semestre la caída fue del 15,7% en este indicador, impactando igualmente en el desempleo que a junio de 2020 se ubicaba en el 19,8% (después que en mayo la cifra fuera del 21,4%). Para el tercer trimestre la caída en el PIB se redujo al 9% indicando una tendencia de recuperación en la actividad económica y por ende en las posibilidades de generación de empleos lo que permitió que al mes de octubre la cifra del desempleo se ubicara en el 14,7%; para noviembre se había reducido al 13.3%. Es claro que a noviembre los indicadores mostraban una recuperación importante, mantenían la tendencia favorable y mostraban señales de optimismo para el cierre del año.
Tradicionalmente, los meses de diciembre han significado para la economía del país resultados favorables muy importantes. Es Claro que a pesar de la situación de la pandemia el año pasado no fue la excepción; el mayor dinamismo que representan, especialmente las ventas de comercio por las compras decembrinas de los colombianos, permite estimar una reducción adicional en la tasa desempleo y un decrecimiento aún menor en el PIB, lo que sin duda son buenas noticias para la economía colombiana. A eso debemos adicionar el resultado muy favorable del índice de precios al consumidor o inflación, que a diciembre 31 del 2020 se ubicó en el 1.61% el valor más bajo desde 1993 cuando el Banco de la Republica asumió como una de sus funciones principales la de mantener el poder adquisitivo de nuestra moneda.
Otro aspecto que permite mejorar las expectativas de cierre del 2020 en temas económicos está relacionado con el índice de confianza del consumidor (publicado por FEDESARROLLO, resume la percepción y las expectativas de los consumidores colombianos) que en diciembre cerró en -10.4% y que presenta una tendencia importante de recuperación después de su peor indicador en mayo del 2020 con un -34%. Esto refleja que los consumidores colombianos tenían mejores expectativas y mayor confianza para realizar gastos en bienes durables, muy posiblemente debido a que muchos han recuperado o mantenido su capacidad de compra. Se espera que eso se haya visto reflejado en un mayor dinamismo de las ventas en el comercio, especialmente, durante el mes de diciembre mas el impacto multiplicador en otros sectores (trasporte, servicios, empleo, etc.).
Lastimosamente la alcaldesa de Bogotá sigue empeñada en destruir el aparato productivo de la capital con las decisiones que tomó finalizando diciembre respecto al cierre total de 3 importantes sectores de esa ciudad (Engativá, Suba y Usaquén) para contrarrestar el nivel de contagios del Covid 19; sigue sin entender (reitero, me resulta imposible pensar que lo haga adrede ) el impacto negativo que este tipo de medidas conllevan en el desarrollo económico de la ciudad y del país. Según cifras de la Cámara de Comercio de Bogota, el 32% de las pequeñas y microempresas de la ciudad se concentran en esos 3 sectores (entre 130 y 140.000 empresas).
Están dadas las condiciones macroeconómicas para que los resultados a diciembre se afiancen, después de las buenas cifras para el país en el tercer trimestre del 2020, con los beneficios que ello implica para mejorar el desempeño del PIB y la disminución del Desempleo; adicionalmente para sentar bases para un 2021 con grandes expectativas de crecimiento como lo tiene estimado el Presidente Ivan Duque y su equipo económico e incluso el Banco Mundial que estima que el PIB en Colombia puede crecer el 4,9%. Por el bien de todos, Dios permita se den las cosas.