Hace varios meses escuché la frase “ahora cuando china estornuda el resto del mundo se resfría”, haciendo referencia al impacto que tiene la economía de ese país frente al resultado mundial en esa materia; algo que anteriormente correspondía exclusivamente a los Estados Unidos que siempre fue el referente.
Algo similar sucede en Colombia cuando conocemos los resultados económicos de Bogotá y el impacto que estos tienen frente al total nacional; por esto es de especial importancia y merece un minucioso seguimiento las acciones y decisiones que toma la alcaldesa Claudia López frente al manejo de la pandemia en la capital y las consecuencias que estas medidas, sin duda, están teniendo en la economía nacional que siente el impacto de manera negativa de las mismas.
Según cifras del Departamento Nacional de Estadística DANE, Colombia aumentó su Producto Interno Bruto en un 3,3% en el año 2019, llegando a una cifra de $1.062 billones de los cuales Bogotá tiene una participación de $271 billones representando el 25,5% aproximadamente; por supuesto con esa cifra ocupa el primer lugar en el indicador nacional. Es seguido por los Departamentos de Antioquia con $154 billones y Valle con $113 billones. En términos de crecimiento, mientras el PIB del país, como mencioné creció el 3,3% en 2019, Bogotá tuvo un crecimiento del 3,5% convirtiéndose además en una de las ciudades que impulsó el resultado nacional. Con estas cifras, es absolutamente claro que el menor desempeño del aparato productivo de la capital durante lo corrido del año, después de la pandemia, impacta de manera directa en el crecimiento económico del país.
Por el lado del recaudo de impuestos nacionales, también es importante mencionar que del total recaudado en el año 2018 equivalentes a $144 billones Bogotá aportó $79,6 billones que equivalen aproximadamente al 56.2% del total. Frente al tema del desempleo es importante mencionar que mientras en octubre del 2019 para Bogotá la tasa era del 10.1%, al mismo mes del año 2020 subió al 19.1% (un crecimiento del 89,1%); mientras en ciudades como Cali, para el periodo analizado, subió del 12,5% al 19,6%(el 56,8%) y Medellín pasó del 11.6% al 16.9% (el 45,6%). Revisando estas cifras es plenamente verificable que las medidas adoptadas por parte de la alcaldesa Claudia López han tenido un impacto negativo significativo en el indicador de empleo con las demás consecuencias asociadas como perdida de capacidad adquisitiva de miles de bogotanos y a su vez el impacto en la disminución del consumo con las consecuencias en el PIB que ello implica.
En estos tres indicadores (crecimiento del PIB, recaudo de impuestos y empleo) queda verificada la relevancia de Bogotá en los indicadores macroeconómicos nacionales; por tanto, cada decisión que adopta la alcaldesa Claudia López tiene consecuencias fuertes para la ciudad y simultáneamente para los indicadores macroeconómicos del país en general. Mientras en otras ciudades se empezaron a reactivar los diferentes sectores de manera paulatina y anticipada, en Bogotá decisiones populistas e impulsivas que ha venido tomando la alcaldesa demoraron el ingreso, se bloquearon de manera injustificada por mayor tiempo lo que ha significado consecuencias graves para la economía de la ciudad como se puede verificar revisando las cifras comentadas. Recientemente volvió a tomar decisiones en contra de los comerciantes organizados mientras, simultáneamente, realizaba actividades masivas, sin cumplimiento de protocolos y sin intervenir los sectores masivos y populares del comercio donde se observan grandes aglomeraciones y poco control.
Es Claro que la alcaldesa de Bogotá es una persona inteligente, preparada y que debe ser plenamente consciente del impacto que tienen sus acciones y decisiones sobre la economía de la Capital y por ende en la del país; considero arriesgado concluir que se trata de un objetivo predeterminado de afectar a la ciudad y de paso a Colombia, pero obras son amores y no buenas intenciones y las acciones y decisiones hablan por ella, los resultados son concluyentes; el impacto negativo de las mismas en la economía bogotana y en la colombiana también.
Pedir que medios y “periodistas” nacionales tradicionales hagan su trabajo y analicen las acciones de la alcaldesa de manera objetiva e imparcial es complejo, la administración distrital les ha entregado miles de millones en pauta lo que les nubla su capacidad de cuestionar las acciones que se vienen tomando; deberían entender que en economía, si Bogotá estornuda a Colombia le da la gripa.