Es mi primer escrito del 2021, para mis lectores mis mejores deseos en este año que avanza; que tengamos salud, tranquilidad, prosperidad y mucha felicidad.
Quise empezar con una añoranza sobre temas que lastimosamente no se dieron en 2020 y que, personalmente, veo difícil los veamos en 2021. Inicio hablando de lo que, en mi concepto, es lo más importante para el país y su futuro y que tristemente no vimos: La Majestad de la Justicia, imparcial, objetiva y apegada a la ley; algo aparentemente simple pero que no existe. Por el contrario; vimos actuaciones bochornosas, politiqueras y violatorias del ordenamiento legal colombiano como lo realizado por la Corte Suprema de Justicia (toda, unos por actuar, otros por permitir) contra el expresidente Álvaro Uribe. Tampoco avanzaron procesos en contra de políticos cercanos ideológicamente a la izquierda o muy allegados a Juan Manuel Santos y/o al narco acuerdo con las FARC; como es el caso de Roy Barreras, Ivan Cepeda o Armando Benedetti, por nombrar algunos. Mucho menos avanzó, por el contrario, cada vez más engavetada la investigación en contra el señor de la Bolsa por la enorme suma dinero en efectivo que recibió. Pasaron dos años y pese a la evidencia, más las mentiras dadas por su protagonista frente al origen del dinero, el mafistrado Reyes (el mismo del proceso contra A U V) tiene todo sospechosamente quieto. Menos se movió el proceso contra el senador Antonio Castilla, muy cercano a Don Iván, pese a las evidencias que hay sobre su presunta pertenencia como miembro activo del grupo narco terrorista ELN.
No vimos en 2020 un proceso serio y con condenas ejemplares en la JEP para alguno de los narcoterroristas jefes FARC; por el contrario, continuamos viendo dilaciones, burocracia, escándalos y todo tipo de beneficios para esos criminales. No vimos que los jefes FARC cumplieran con su compromiso de decir la verdad y entregar bienes para indemnizar a sus víctimas; por el contrario, vimos el cinismo de siempre sobre su NO participación en crímenes atroces y de lesa humanidad. Mas grave, nada pasará, el narco acuerdo Santos-FARC (la claudicación del Estado ante los narcoterroristas) no contempla sanción o pérdida de beneficios por dichos incumplimientos.
En 2020 nada avanzó en el proceso contra Santos por los dineros recibidos ilegalmente en sus campañas de 2010 y 2014 (de Odebrecht y otras empresas). Pese a las pruebas y evidencias que tienen personajes como el político Bernardo “el ñoño” Elías (gran amigo, socio y sin duda el más importante elector de Santos) sobre lo acontecido, nada que es escuchado por las autoridades competentes. Todos los involucrados en este acto ilegal disfrutan cínicamente de su libertad y fortunas, incluidas sus exministras Gina Parody y Cecilia Alvarez.
No vimos en 2020 una gestión gerencial, técnica que buscará trabajo en equipo con el gobierno nacional por parte de la alcaldesa Claudia N López; tampoco vimos que fuera coherente con sus postulados previos a su elección, los que defendía en la campaña de la consulta anticorrupción (que costó al erario $330.000 millones): Buen manejo en la contratación, acabar con el despilfarro, el nepotismo y el pago de favores a través de contratos o puestos públicos. Por el contrario, escándalos en todos estos frentes y solo lleva un año. Todo indica que en 2021 continuará siendo una mandataria lenguaraz, camorrera y que eludirá sus responsabilidades por sus acciones o por su negligencia. No vimos en 2020 lo prometido por ella (5.000 camas con sus respiradores para junio del 2020); a la fecha, no superan los 2.000 respiradores, gran parte aportados por el gobierno nacional pese a los cuestionamientos e intrigas de ella en su contra. No vimos que la alcaldesa y su pareja cumplieran las recomendaciones que Nayibe daba a todos los bogotanos para prevenir contagios de Covid: Incumplió cuarentena, hizo y permitió reuniones con grandes aglomeraciones y salió de vacaciones en plena crisis por el aeropuerto para Costa Rica (el mismo que pedía no abrir). En 2021 continuará en las mismas; sin ningún fundamento científico, lanzando cortina de humo por el tema de su salida del país en plena crisis, dijo que en Bogotá estaba la nueva cepa del Covid 19. Así o más irresponsable?
EL COLMO 1: En Cali, renuncian médicos de un hospital público porque hace varios meses no les pagaban sus salarios; mientras tanto el alcalde derrocha más de $20.000 millones entre la feria virtual (incluidos us$150.000 por uno videos de artistas internacionales) y un alumbrado móvil… y nada le pasa. Desde su primera alcaldía tiene decenas de procesos en procuraduría, otros en Fiscalía. NO HAY DERECHO.
EL COLMO 2: Totalmente reprochable la conducta del Presidente Trump el pasado 6 de enero, intentó legalmente dar manejo a sus reclamaciones pero no fueron validadas, debió aceptarlo. Sin embargo, de lejos mucho más cuestionable la censura que aplican las redes sociales a quienes no opinan igual que sus dueños; una verdadera dictadura, un peligro que pocos vislumbran. NO HAY DERECHO.